jueves, 2 de mayo de 2013

Hombre al agua



HOMBRE AL AGUA

Por Carlos M. Saguier Fonrouge





N

o hay dudas que se trata de uno de los riesgos mayores a que estamos expuestos los navegantes y nuestros ocasionales acompañantes.

        Por lo tanto toda prevención es poca. Los hombres de la Prefectura Naval nos dan el ejemplo de conducta: llevan el chaleco salvavidas puesto en forma permanente, aún con buen tiempo.    El chaleco salvavidas lo podemos comparar al cinturón de seguridad de los automóviles: ambos elementos están a  mano , pero las estadísticas marcan accidentes para los ocupantes por no haberlos utilizado a tiempo.
      Al menos : los niños , los ancianos, los discapacitados, los que no saben flotar y nadar bien, los tripulantes corpulentos y pesados, deben llevar el chaleco salvavidas puesto antes de aproximarse al muelle de embarque

     Los arneses y los cabos de vida es preferible tenerlos a mano y listos para ser utilizados cuando el tiempo comienza a desmejorar y también es conveniente recurrir a ellos al caer la noche o cuando se navega con visibilidad restringida por niebla.


Hombre al agua:                                  

No hay que perderlo de vista y hay que arrojar al agua un salvavidas de inmediato ( 2 ) que no esté sujeto al barco y que tenga un ancla de mar y una boya flotante con asta y bandera. También debe tener luz para ser utilizada de noche.
     Este paso es importante para dividir el área de búsqueda inicialmente en dos semiplanos respecto de la dirección del viento.
    Es que resulta muy difícil visualizar la pequeña parte de la cabeza del náufrago que emerge solo algunos instantes, entre las olas.
    Habiendo lanzado la boya con  ancla de mar, facilita la orientación de la embarcación de rescate. También es conveniente señalar que en razón del abatimiento del salvavidas, a pesar del ancla flotante, que es mayor que el hombre al agua, nos marcará finalmente un cuarto del horizonte, a barlovento de la misma, donde realmente estará el hombre al agua.
    Si no se lanza este salvavidas de orientación en la búsqueda y rescate del hombre al agua la maniobra resultará mucho más difícil.

Flotabilidad del hombre al agua:

     Si el tripulante que cae por accidente al agua, con traje de agua y botas puestas, se entretiene en sumergirse y sacarse las botas y el traje de agua va a dificultar aún más su localización desde el barco que procura visualizarlo, y malgastará sus energías y quedará más expuesto a sufrir hipotermia.
    Lo que debe hacer es ponerse a flotar de espaldas, con la cabeza bien tirada hacia atrás, y no sacarse absolutamente nada.
    Pero para que esto ocurra correctamente, el náufrago debe saber flotar con traje de agua y botas puestas, y fundamentalmente debe poseer el suficiente auto-control para estar tranquilo.
    Esto se logra perfectamente si el navegante a practicado la maniobra correcta anteriormente y como parte de un entrenamiento en un zafarrancho de supervivencia.
    Estos zafarranchos han sido organizados por la Liga Naval Argentina desde el año 1982, como parte de los cursos de navegación dictados por el suscripto y desde 1998 en el Club Náutico Sudeste.


 Las maniobras a realizar:

   Debemos recordar que toda maniobra a vela o a motor debe estar permanentemente relacionada a la dirección del viento real ( A ), por lo que el timonel deberá estar muy atento  a la veleta o al cataviento,
   Si navegamos a vela, ni bien se cae el hombre al agua ( 1 ) se trata de no perderlo de vista y se arroja en primer término el salvavidas con ancla de mar ( 2 ) ,ya mencionado anteriormente, mientras se orza hasta una ceñida liberal ( 3 ), luego se vira por avante ( 4 ) y se regresa en popa redonda filando toda la vela mayor y la vela de proa ( 5 ), concentrándose en pasar a unas dos esloras del náufrago.




   Una vez que  se llega al través del hombre al agua, se inicia la orzada ( 6 ) describiendo un semicírculo en que el velero va perdiendo estropada y va controlando su rumbo hasta aproximarse  siempre por sotavento del náufrago ( 7 ).  
    El hombre al agua  conviene dejarlo siempre a barlovento y en alguna de las dos amuras de la embarcación de rescate .
    El concepto de abatimiento que sufre cualquier embarcación, y que está presente en todas las maniobras, se hace evidente en la maniobra de hombre al agua, especialmente cuando se navega en aguas desabrigadas y en condiciones de viento y marejada.  
      Hecha la aproximación se lanza otro salvavidas ahora sí unido con un cabo a bordo de tal manera de que el hombre al agua se lo ponga o se aferre a él.
     Muchas veces ocurre que el náufrago está completamente agotado o en pánico, y si es posible debe haber un tripulante experimentado, a bordo de la embarcación de rescate, preparado ya con un chaleco salvavidas colocado para que en el momento de la aproximación se lance al agua juntamente con otro salvavidas para el hombre al agua, que sí conviene que tenga un cabo hecho firme a bordo.



   Si el o los náufragos están aferrados a una embarcación tumbada , conviene gritarles que no se aparten de la misma hasta que el barco de rescate quede unido por un cabo, y siempre a sotavento de la embarcación tumbada o semi-hundida.
     Si el rescate se hace a motor, también es aconsejable aproximarse por sotavento del náufrago y por la amura de la embarcación de rescate.
     Una vez allí y cuando el náufrago ya está unido por un cabo a la altura de la amura, se apaga el motor, ( no conviene dejarlo en punto muerto ...hay que apagarlo ), y recién entonces se lo lleva a popa para facilitar subirlo a bordo.
    Las hélices aún en punto muerto pueden girar lo suficiente como para provocar heridas graves en los náufragos, y por favor....nunca se aproxime a motor dando marcha atrás hacia un hombre al agua...........
    En el velero, si decidimos llevar el náufrago con los cabos hacia popa  para embarcarlo, debemos arriar previamente las velas, ya que de lo contrario las velas comenzarían a portar inevitablemente, y con ello no sólo se  va  a dificultar la maniobra  de rescate sino que puede llegar impedirla por completo.


Protección a la hipotermia


   Una vez a bordo debemos refugiar al náufrago de inmediato en la cabina, protegiéndolo de las corrientes de aire y cubriéndolo con mantas y abrigos.
   Si ya está bajo el shock  hipotérmico, es decir con los temblores característicos bien notables, no conviene desvestirlo, sólo cubrirlo con abrigos y darle de beber chocolate caliente o café bien azucarado.
    Recién cuando desaparezcan los temblores conviene hacerlo cambiar de ropas.


Conclusiones:

     Esta es una muy pequeña síntesis de los conceptos básicos de maniobra, conducta y recuperación de un hombre al agua.  Es como presentar apenas como mueven las piezas principales en un  gigantesco tablero de ajedrez. Las jugadas pueden ser muy diferentes ....sólo tenemos que evitar que las circunstancias nos lleven a perder la partida por jaque mate..... 


( Notas publicadas - desde el año 1982 -  en las revistas: BARCOS, TIMONELES y en la revista MARINA de la Liga Naval Argentina; también los zafarranchos se difundieron por TV- Cable )


   ..........................................................................





                                            WWW.atna.com.ar/web/index.php?...task...

   Testimonios de maniobra de rescates en los que participó el autor desde el año  1973 ( desde hace cuarenta años ).

    "Estimado Carlos hace ya treinta ( 30 ) años,  fuimos varios tripulantes del Club Universitario de Buenos Aires C.U.B.A. rescatados por vos .de un inolvidable PAMPERO........"
      " Cada vez que oímos rugir un PAMPERO nos recordamos intensamente  (el 9 de Julio de 1973)".....